El Eje Cafetero es una región geográfica, cultural y económica de Colombia, nombrada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 2011. Podemos decir que hay cuatro lugares que son los más típicos y visitados: MANIZALES, PEREIRA, ARMENIA y SALENTO.
Las tres primeras ciudades no son bonitas en sí mismas, son ciudades de hormigón y cemento, es decir, mucho edificio, por lo que decidimos quedarnos en Salento, un pueblo más pequeño y en un entorno más natural.
Salento tiene calles llenas de puestos de artesanía, billares y bares con música en directo. Es la localización perfecta para visitar fincas cafeteras y el tan famoso Valle de Cocora.
Nosotros nos hospedamos en Casa La Eliana, en un apartamento compartido, barato y muy completo. El alojamiento también tiene restaurante, donde se enorgullecen de su curry, pero sinceramente, no nos gustó y nos pareció bastante caro en relación calidad/precio. Si no se dispone de mucho tiempo, dos días son suficientes para estar en Salento, uno para visitar una finca cafetera y el pueblo y el segundo para ir al Valle de Cocora, donde están las famosas palmas de cera.
¿Qué hacer en Salento?
A continuación encuentras algunas cosas que puedes hacer en Salento.
- Visitar las fincas cafeteras de la región (visita nuestro post Finca Don Elías donde hablamos de la que visitamos nosotros).
- Pasear por la calle Real, llena de tiendas de artesanía y restaurantes.
- Subir al mirador – Alto de la Cruz. Hay dos maneras de hacerlo, nosotros subimos por unas 238 escaleras, que empiezan donde acaba la calle real antes mencionada. Una curiosidad es que durante la subida se representa el Via Crucis de Jesús. Desde arriba se tiene una buena panorámica de Salento. Ahí también hay puestos de artesanía.
- Echar una partida de billar o ver como los lugareños lo juegan, parece ser una forma muy común de pasar aquí el tiempo.
- Tomarte una cerveza colombiana o un café de la zona, en algún bar con música en directo al anochecer.
- Ir a la cancha de tejo los amigos, para divertirse con este deporte colombiano y conocer gente de la zona y otros viajeros. El tejo consiste en lazar un disco metálico a unas canchas, para hacer estallar las mechas que se encuentran en un círculo metálico en medio de ella. Es un juego ruidoso, pero diferente y divertido. ¡Consulta Wikipedia para saber más!
- Ir al Valle de Cocora. Es la joya de la corona del eje cafetero y parada obligatoria para muchos de los viajeros que llegan a esta zona. A nosotros, personalmente no nos gustó tanto como esperábamos, creíamos que nos íbamos a encontrar con cientos de miles de palmas de cera y en realidad no hay tantas como uno espera. Aun así, recomendamos la visita y hacer la ruta típica para pasar el día.
EL VALLE DE COCORA
La palma de cera es el árbol nacional de Colombia y es realmente bonita, vale la pena acercarse a esta zona para ver su entorno y entrar en los límites del Parque Natural los Nevados. Para llegar hasta el valle tienes que coger uno de los jeeps que están en la plaza de Bolívar esperando a llenarse para salir, el precio son unos 3.000 COP/Persona y es mejor asegurarse de cuál es la última hora que salen de regreso. Para ir con tiempo, lo mejor es salir a primera hora de la mañana (7 u 8 am).
En realidad es toda una aventura montarse en estos jeeps, sobre todo si se llenan todos los asientos y te toca viajar a pie, en la parte trasera, agarrándote al techo! Las vistas son preciosas y la adrenalina y la risa tonta se contagia hasta llegar al valle.
Es mejor llevar ropa cómoda para el trekking de un día y algo de abrigo, ya que al llegar a algunas zonas altas o al hacer algún descanso a la sombra, hace frío y viento.
En general los jeeps salen hacia el valle en cuanto se llenan, no tienen un horario fijo. Lo que sí es importante es salir a la mañana, para aprovechar el día y tener tiempo de hacer una ruta.
Ahora os vamos a contar nuestro recorrido por el Valle de Cocora, aunque nos consta que hay muchos más, que duran más días y se extienden más hacia el interior de Parque Natura Los Nevados.
TREKKING DE UN DÍA EN EL VALLE DE COCORA
Para comenzar la ruta, debes de subir la cuesta en la que te deja el jeep y entrar por la primera puerta del parque que te encuentres a la derecha, por la Finca de la Esperanza, ahí pagarás 3.000 COP/persona (son fincas privadas, por lo que el pago es obligatorio, habrá un pago más al final de la ruta).
La caminata no es muy fácil, pero tampoco difícil. Es apta para niños, sin embargo para personas con movilidad reducida no es aconsejable. Dura desde un par de horas hasta unas 5 fácilmente, por lo que es recomendable llevar agua y algo de picar.
Hay un desvío, optativo, que te llevará a la casa del colibrí o ACAIME, cuya entrada es de 5.000 COP/persona. Es una subida un poco más exigente, pero vale la pena, ya que ves a estas aves en libertad y desde muy cerca. Los cuidadores del parque les colocan agua con azúcar en algunas ramas de los árboles como complemento alimenticio, siendo así más fáciles de ver para nosotros y una buena merendola para ellos. Son unas aves realmente bonitas y con un vuelo tan rápido que resulta imperceptible al ojo humano. Hay varias especies dentro del valle y con diferentes tonalidades de verdes, azules, negros y blancos…
Después de esta parada (en la que te podrías tirar horas) tienes que continuar la ruta. La parte final es la más dura, ya que el desnivel es un poco más exigente, pero nada que con descansos no se pueda hacer. Al final del recorrido, tienes que volver a pagar 3000 COP/persona y a partir de aquí, ya es todo bajada hacia la zona de los jeeps. No te olvides de parar en los varios miradores naturales que hay para ver las palmas de cera, tan esperadas y que, hasta ahora, en este recorrido no habíamos visto.
Durante el camino verás trabajadores en las fincas privadas, caballos y vacas, y hasta pasarás por puentes movedizos en más de una ocasión.
Otra opción, para aquellos que no quieran hacer la ruta, pueden entrar directamente al parque desde el final de la ruta explicada. Para acceder hasta aquí se debe subir toda la cuesta donde te dejan los jeeps. Si tienes dudas puedes preguntarle a los trabajadores de la zona.
En general, podemos decir que Salento y sus alrededores son un destino tranquilo y bonito. Además esta paz se disfruta más si se viene de Medellín o Bogotá, grandes urbes llenas de gente y ruido (pero sin duda, con su propio encanto también).
Esperamos que os haya gustado y que no dudéis en preguntar cualquier duda que tengáis. Estaremos encantados de poder ayudaros.
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