Como contamos en detalle en el post Costa Rica, la naturaleza comienza aquí, a lo largo del país vimos una gran cantidad de flora y fauna. Una de las cosas que más nos había gustado hasta el momento fue ver un grupo de monos acercándose a nosotros en una playa de Quepos. Aun así, no fue nada con la sensación de encontrarnos un pequeño grupo de monos araña en mitad del bosque primario de Corcovado. Esta vez, a penas los vimos a 15 o 20 metros en las copas de los árboles de la densa jungla, pero verles en un medio tan apartado de la mano humana sí que fue salvaje, con sus aullidos y sus miradas parecían estar sorprendidos también de vernos. Nos gusta pensar, que tal como sentimos, fuimos las personas que vieron por primera vez.
Al comienzo del post repasaremos información técnica del parque, si estás más interesado en nuestra experiencia personal, acude directamente al punto «Nuestra Experiencia«. Si quieres toda la información, intentaremos responder las preguntas más comunes como:
RUTAS EN EL PARQUE
El Parque Nacional de Corcovado dispone de cuatro estaciones activas por las que podemos entrar y recorrer los senderos marcados. Las estaciones son los campamentos de los guardas forestales y sirven de puertas de acceso. Cada vez que pasemos por una de ellas, debemos firmar el libro de registros. Eso sí, destacar que es obligatorio ir acompañado de un guía certificado para recorrer el parque. Incluso con guía es necesario ceñirse a los senderos conocidos, debido a la conservación de la fauna y flora y a tu propia seguridad, la dificultad de algunos tramos y que parece ser un punto de paso marítimo entre narcotraficantes.
Estación de La Leona (acceso a pie)
Punto de acceso más transitado a pie del parque. Se llega en coche o autobús a Carate, y de ahí tienes 4 km andando por la playa hasta la estación. Carate es un pequeñísimo pueblo de oreros (buscadores de oro), sólo se encuentra un paisano vendiendo cocos y refrigerios junto a la zona de descanso.
Estación de La Sirena (acceso a pie y marítimo)
Se encuentra a un kilómetro de la costa en el interior del parque. Esta es la estación más grande, ya que es la única que cuenta con un albergue preparado por el Gobierno con capacidad para 60 visitantes. Es el único lugar oficial para pernoctar dentro del parque. Se sirven cenas y desayunos por 25 y 20 dólares respectivamente. Tanto las comidas como el hospedaje, son necesarios reservarlos a la hora de adquirir la entrada. Se debe avisar de las restricciones alimentarias (menú vegetariano) en el momento de la reserva, ya que se trata de un menú cerrado y la logística en el lugar es mínima.
Estación de Los Patos (acceso a pie)
Es la entrada más remota en el interior y recoge el tramo más intrépido y duro. Su paso requiere cruzar gran parte de bosque primario y cruzar varios ríos amplios, unos con más profundidad que otros. Con las fuertes lluvias es posible que el nivel de los ríos de la zona crezca e imposibilite el paso de la ruta. Algunos guías o agencias no realizan ruta a través de Los Patos.
Estación San Pedrillo (acceso a pie o marítimo)
Acceso solo para excursiones de 1 día. Anteriormente se realizaban incursiones hacia La Sirena, pero actualmente está cerrada la ruta por la distancia existente.
Bahía Drake (acceso marítimo)
No se trata de una estación en sí misma, pero si de un punto de acceso habitual. Y es que este recóndito lugar sirve de puerto de entrada/salida a excursiones en barco al parque hacia/desde La Sirena.
Si tienes más de un día y quieres pernoctar dentro del parque (merece la pena), las rutas habituales son:
- La Leona – La Sirena – La Leona (aprox. 220 dólares)
- Los Patos – La Sirena – La Leona (aprox. 240 dólares)
- Bahía Drake (en barco) – La Sirena – La Leona (aprox. 280 dólares)
En cambio, si solo buscas tener un contacto breve en Corcovado, ya sea por tiempo o por presupuesto, puedes realizar excursiones de un día desde cualquiera de las estaciones, algunas tendrás que llegar en barco. El precio es más económico, por ejemplo, entrar por La Leona durante unas horas con guía cuesta aprox. 85 dólares.
Estas son las opciones más comunes que se ofrecen, si das con un guía aventurero quizás te proponga otras e incluso por fuera del parque.
Como contratar el guía
Es estrictamente necesario realizar la visita al parque con un guía certificado. Tras navegar durante un rato en internet buscando información sobre el parque y no teniendo las cosas claras, nosotros decidimos ir a Puerto Jiménez y buscar allí directamente más información.
Allí existen multitud de agencias con las que contratar los servicios e informarse. Es necesario reservar la excursión con mínimo 24 horas de antelación. Normalmente el guía o la agencia se encarga de sacar las entradas necesarias al parque, así como de reservar el alojamiento y comidas en La Sirena si fuera necesario.
Tenemos que decir, que después de mirar opiniones en TripAdvisor, nos decantábamos por Jaguar Tour, pero cuando llegamos hasta Puerto Jiménez y nos pasamos a conocerlos, no nos gustó mucho la atención, ni el personal. Nos pareció caro y no querían ni oír hablar de la ruta desde Los Patos. Por eso decidimos buscar en otro sitio.
En nuestro caso, tuvimos la suerte de que en el hostal donde nos alojábamos, Cabinas The Corner, contaban con un guía, Niki, un muchacho de 25 años, emprendedor, super majo y con mucho conocimiento de flora y fauna de la zona. Desde el momento que preguntamos por la opción de hacer la ruta de Los Patos, nos empezó a dar información sobre ella motivándonos, eso sí, nos avisó de que era la opción más cañera.

¿POR QUE ESCOGIMOS LA RUTA POR LOS PATOS?
Desde el inicio, nos había llamado la atención la ruta de Los Patos, hacer noche dentro del parque y poder sentirnos en medio de esta joya verde de Costa Rica. National Geographic lo considera “el lugar más intenso del mundo, biológicamente hablando” (según la wiki) y es que, parece albergar el 2.5% de la biodiversidad del planeta. Es decir, ¡podríamos ver un montón de plantas, animales e insectos raros y diferentes! Y como se trata de una excursión bastante cara (nuestro capricho particular), queríamos llevarnos la mejor experiencia.
Y fue tal cual. Tuvimos mucha suerte en encontrar a Niki, nuestro guía que se ofreció a hacer la ruta por Los Patos. Eso sí, como había llovido esos días, el coche que nos llevaría a comenzar la ruta nos dejaría a 6 km de la entrada al parque, ya que no podía acceder más por la subida de nivel de los ríos.
La excursión nos costó 240 dólares cada uno que incluyó:
- Guía certificado los dos días
- Transporte de ida a La Tarde (Los Patos) y recogida en Carate (La Leona) desde nuestro hotel
- Alojamiento en litera en La Sirena
- Cena y desayuno en La Sirena
1era etapa: Los Patos – La Sirena, 25 km (+6 km hasta la Estación los Patos, desde el coche)
2nda etapa: La Sirena – La Leona, 21 km (+4 km al coche/bus)
IMPRESCINDIBLE LLEVAR
- Comida del primer día
- Comida para picar entre horas y para el segundo día
- 2 litros de agua por persona, en La Sirena hay agua con filtro
- Chubasquero para ti y tu mochila
- Botas de trekking (muchas horas caminando, barro y cruce de ríos)
- Ropa de cambio para descansar en el albergue
NUESTRA EXPERIENCIA
- Salimos a las 4h30 de la mañana en coche de nuestro hotel.
- A las 5h30 comenzamos a caminar desde La Tarde. Allí, se encuentran una serie de cabañitas de madera bastante chulas que están literalmente, en la puerta de la selva, perfecto para realizar excursiones de día por las inmediaciones del parque.
- Minutos después de empezar a caminar, encontramos un esqueleto de mono, posiblemente ¡devorado por un puma o un jaguar!
- A las 7h30, un poco más tarde de lo esperado, cruzamos la Estación de Los Patos entrando en el parque
- A partir de aquí, comenzamos el bosque primario, lleno de árboles y plantas bonitas pero sobretodo, interesantes. Nike, nos explicó mucho sobre la flora de la zona.
- Según nos fuimos metiendo en la selva, fuimos descubriendo su lado más íntimo. Animales salvajes con poco o ningún trato con el ser humano. La experiencia de sentirnos observados desde los árboles por varios grupos de monos extrañados por nuestra presencia fue bestial. La fuerza y energía que circulaba en ese momento sobre nosotros nos hacía sentir parte de esa inmensidad de vida. La mejor parte de la ruta, sin duda.
- Se trata de un camino duro, sobretodo, por la sensación térmica de calor húmedo. Es necesario cruzar cerca de 10 ríos caminando por las aguas, por lo que quitarte y ponerte las botas para mantenerlas secas pasó a ser rutina (hasta que nos cansamos, y decidimos encharcarlas, error). Debido a todo ello, y a las paradas para observar aves y otros animales como la pava de monte, un venado blanco (este se nos cruzó, pero sólo lo pudo ver Nike con sus buenos sentidos de guía!) y muchos más, se hace lento pero entretenido.
- En el último tramo, estuvimos siguiendo las huellas de un jaguar. Fue alucinante poder imaginar a este tímido felino en cada sombra. Dicen que es muy difícil que se deje ver. Incluso cruzando un río, encontrábamos sus huellas a cada orilla. Entre tanto, se olía un olor fuerte a gorrino, se trataba de los chanchos de monte, una especie de jabalíes que llegan a convivir en grupos de centenas en la selva. En la práctica, se trata de uno de los animales más peligrosos para el ser humano en el parque.
- Finalmente, tras 12 horas llegamos a la Estación La Sirena y ¡terminamos la primera etapa! Duchita, cena y a dormir para el siguiente día.
- A la mañana siguiente, tras el buen desayuno del albergue, empezamos la marcha cerca de las 7h. Es importante comenzar pronto esta parte, porque el tramo La Sirena – La Leona transcurre mayormente por la playa, y en marea alta se hace inviable cruzar alguna zona rocosa, también por el calor, que se hace insoportable, sin ninguna sombra para protegerse.
- ¡Sorpresón! En las inmediaciones de la estación, cerca de la desembocadura del río Sirena, nos chivan que hay un tapir con su cría! Fuimos tras sus huellas, y encontramos sólo a la madre durmiendo entre la vegetación. ¡Roncaba muchísimo! Según nuestro guía, es común que escondan a la cría mientras la madre descansa para protegerla.
- La playa que se recorre es preciosa, y los tramos por selva son los menos, siempre por bosque secundario. Aquí, es verdad que la vegetación cambia, los caminos son menos densos y los animales que se observan diferentes.
- Aproximadamente a las 14h, y tras cruzar otro par de ríos, llegamos a La Leona. Allí, firmamos el libro de registro, limpiamos un poco las botas y continuamos el camino ya por fuera del parque. Terminábamos la ruta oficial dentro de Corcovado, habiendo alucinado por la gran experiencia.
- Nos quedaban cerca de 4 km hasta Carate que es la carretera más cercana y porque no decirlo, estábamos ya cansados y conformes con la excursión. Pero… no había sido todo. En el último tramo, tuvimos la gran suerte de observar una maravilla de la naturaleza, ¡el nacimiento de tortugas marinas!
- Con esa guindilla final, dimos por finalizada nuestra aventura, terminando la etapa a las 15h y tomándonos una buena “pipa fría” hasta esperar el bus que nos recogería en Carate.






La verdad que la visita a Corcovado ha sido lo mejor de este precioso país, y que hicimos especialmente bien en atrevernos a hacer la ruta por Los Patos. Tan salvaje y especial como caminar por auténtico bosque primario. Tuvimos mucha suerte en poder observar los animales que vimos, ya que se trata de una lotería, cada día en la selva es diferente y lleno de imprevistos.
Este fue nuestro camino, esperamos que un día puedas hacer en Corcovado el tuyo y nos lo cuentes. Por cierto, ¿a ti cuál sería el animal que te gustaría encontrar en tu camino?
Pepa says
A mi me gustaría encontrarme en mi camino a Antia y Javi en su aspecto mas salvaje.